Acabamos de perder a una de las grandes figuras del mundo de
la moda, y no, no me refiero a ninguna it girl, ni bloggerilla, ni influencer
pasajera.
Me refiero a Franca Sozzani, editora jefe de la revista
Vogue Italia desde 1988. Una mujer discreta, inteligente, adicta al trabajo,
comprometida, provocadora, anti-establishment… Se dice de ella que era dura en
el trabajo, empezando por ella misma. Agitó los cimientos de la moda sacando en
su revista temas tan poco ‘glamurosos’ como la política, el racismo, las
guerras, el hambre, la cirugía estética… Cuando alguien le preguntó que tenían
que ver éstos temas con la moda, ella respondió: “¿Pero aún hay alguien que no
sepa que la moda se nutre de lo que no es moda?”.
Sozzani tuvo una estrecha relación con los fotógrafos impulsando
sus carreras y dándoles total libertad para desarrollar su creatividad
publicando fotografías que rompían esquemas. También contribuyó en los 90 al
fenómeno de las supermodelos como Kate Moss, Linda Evangelista, Naomi Campbell…
Licenciada en Filosofia y Letras, filántropa, periodista,
embajadora de buena voluntad en las Naciones Unidas… Hoy todos, amigos,
compañeros y profesionales lloran por esta mujer que fue capaz de llevar las
cabeceras de Vogue a lo más alto.
Siento que para la mayoría solo interesan los avatares de
Dulceida en su Instagram y que los gurús de la moda no van más allá de Paula
Echevarría o incluso Olivia Palermo. Pero para las que os apasiona la moda, es
decir, la moda en mayúsculas, os aconsejo que leáis acerca de Franca Sozzani,
todo un referente, no solo como editora de moda, sino como mujer.